Intervención urbana de carácter específico cuyo título hace referencia a Guatánamo, uno de los recintos de máxima seguridad, limbo alambrado fuera del mundo y al margen de la legislación internacional, donde a los presos, entre otras muchas formas de aniquilación, se les tortura con grandes éxitos musicales. Es una propuesta, que reflexiona sobre el uso de la música como instrumento de tortura. La pieza se ubicaba en el interior de uno de los respiraderos del metro de Madrid que conectan con el exterior en la calle (concretamente en el eje Alcalá – Gran Vía) donde se instaló un equipo de sonido de alta amplificación que paradojicamente reproducía en continuo (de 12PM a 12AM durante un mes), gran número de versiones del clásico tema cubano La guantanamera, canción mas versionada (en multitud de idiomas y estilos) de la historia de la música.
La obra era experimentada por los transeúntes desde la calle desde donde se escuchaban las versiones de Celia Cruz, Compay Segundo, Tito Puente, Nana MousKouri, The Fugees, entre muchos otros.
